Óscar Gogorza fala con SIMONE MORO para El País: "Allí arriba no solo sentí una alegría egoísta, supe que el alpinismo había conquistado otro peldaño, algo que debe alegrar a toda la comunidad montañera", reconoce Moro, empeñado desde hace casi una década en la tarea. "Pero a partir de ese momento, los tres fuimos conscientes de que estábamos tratando de escapar de la muerte", afirma Moro. Su voz al otro lado del teléfono satélite suena tan dicharachera como siempre, sin rastro alguno de la angustia vivida a lo largo de los seis días invertidos en la gesta. "Creo", explica Simone sin sorna, "que la montaña apreció el hecho de que bajase una gran bolsa de basura y nos permitió sobrevivir".