ANTOINE GALLIMARD: "NECESITAMOS UN MARCO LEGAL QUE SOSTENGA EL MERCADO DIGITAL"
Juan Cruz entrevista a ANTOINE GALLIMARD para El País: [La revolución digital es una revolución tecnológica, basada en la rapidez con la que podemos captar contenidos. Lo importante es saber si esta revolución va a transformar el comportamiento del lector o del imaginario del escritor. Yo no creo que eso suceda, del mismo modo que ni la radio ni la televisión transformaron nada en ese aspecto. El peligro no es lo digital: como dije antes, la edición digital es una oportunidad. El auténtico peligro es la gratuidad. No se trata de culpar a Internet sino a la piratería. Gallimard ha entablado procesos judiciales contra servidores de acceso como Orange, para que dejen de alojar sitios en los que la gente sube ilegalmente libros de la editorial. Y hemos conseguido que se cierren esos portales, pero a la vez Orange nos ha atacado en nombre del libre acceso. Como presidente del Sindicato Nacional de la Edición, actualmente lucho por los derechos de la explotación digital y por conseguir una ley que asegure el control de precios del libro digital, tanto para preservar el valor del libro, de la creación y de la edición como para proteger a los libreros y a los escritores.
El libro está mejor armado que la música porque, por naturaleza, no es tan inmaterial. El libro alcanza a más sentidos: el tacto, por el formato, el olor del papel, la vista... Y su intermediario histórico es el librero. En Francia tenemos la suerte de seguir contando con muy buenos libreros, al contrario que en el Reino Unido, por ejemplo, donde el librero ha desaparecido... El mundo de la música nunca se dio cuenta del peligro; pero el libro ha llegado más tarde que la música al mundo digital.
Es importante construir un marco legislativo que permita sostener el mercado. Si los editores dejan de pelearse entre sí por el precio del libro, se puede crear un mercado capaz de instalarse. Hasta ahora, la política comercial la han dirigido, sobre todo, las grandes superficies como la FNAC. Los editores deben ganar mayor presencia en la política comercial. Y el Gobierno europeo debe acordar, de una vez por todas, medidas tan duras contra los servidores de acceso respecto a la piratería como, por ejemplo, respecto a la pedofilia.